La cascada de mis ojos
se ha detenido impetuosamente
al verte prendido
al respiro de una flor silvestre
al ver como se desgarra
tu inocente mirada y se pierde
con sus pétalos, su tallo
te deja impávido, sombrío.
Te confundes, entre ellas
son tan hermosas.
Eres un niño aún
jugando a ser hombre
mirando las flores y
entre rosas y azucenas
margaritas y violetas
¿cuál será la acogida
la que prenderá tu pecho
y germinará
a la hora de cruzar
el umbral soñado?