en mi boca dormida.
Tus manos cálidas
no se apartaron de las mías.
Sentí mi cuerpo estremecer
más tus ojos me quemaban.
Por un instante, me perdí
y quise detener el tiempo, un beso.
Ese beso, que me llevo lejos
como buscando escapar
para no sentir
como fluye la sangre
hasta perder los sentidos.
Me hubiera quedado en tu boca
hasta confundirme con tu piel
dormir y luego
despertar, y seguir ahí.