Treinta y uno de Diciembre
del dos mil nueve.
Veinte tres cuarenta y cinco.
Con copas en manos
saboreando los últimos manjares 
junto a un buen vino tinto y mis hijos. 
Reímos mucho mientras la farándula hacía lo suyo. 
Sentí nostalgia por los ausentes 
mis ojos brillaban 
no tenían la tristeza de ayer 
comprendí que la vida sigue. 
Un año más que pasa 
llevándose los residuos del pasado.
Contemple a mis hijos
Contemple a mis hijos
los abrase, muchos besos 
y lo mejor para lo que viene. 
Los cuatros en un gran abrazo 
felices, tranquilos
ansiosos de nuevos amaneceres. 
La realidad
la familia es un misterio.
¡Bendita reflexión!
Comprender lo incomprensible.
En todo caso
ha sido un éxito 
lo que hay desde hoy es lo que cuenta.
